miércoles, 28 de enero de 2015

EL HOMBRE (ANTROPOLOGÍA TEOLÓGICA)



EL HOMBRE (CEC 355 - 384) Sentido del hombre como imagen de Dios (sentido). El fin de la creación de hombre a la luz del Verbo encarnado. Unidad del género humano. Unidad del cuerpo y del alma. Origen y destino del alma. Relación entre el varón y la mujer. El hombre en su estado original. La caída. La caída de los ángeles. El primer pecado del hombre. El pecado original. Las consecuencias del pecado original. La concupiscencia.

ANTROPOLOGÍA CRISTIANA

El hombre es imagen y semejanza de Dios
(Gen 1, 27).
Sentidos de la definición:
·                    Está dotado de las facultades espirituales, la inteligencia y voluntad, por las cuales puede conocer y amar libremente a su propio creador, y tiene poder sobre la naturaleza para gobernarla.
·                    Puede formar comunidad de personas (sociedad, familia, grupos humanos), a imagen de la Santísima Trinidad.
·                    Es inmortal e individual: “La vida sobre la tierra es un morar en país extraño” (Gen 47, 9). «Dios creó al hombre para la inmortalidad y le hizo a imagen de su propia naturaleza» (Sap 2, 23). «No teman a los que matan el cuerpo; no pueden matar el alma» (Mt 10, 28). «Deseo morir para estar con Cristo» (Phil 1, 23).

Los dos constitutivos esenciales del hombre (Gen 2, 7)
Dualidad sustancial: La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y espiritual. En el hombre el espíritu y la materia forman una única naturaleza. Esta unidad es tan profunda que, gracias al principio espiritual, que es el alma, el cuerpo, que es material, se hace humano y viviente, y participa de la dignidad de la imagen de Dios (Gen 2, 7; Eccl 12, 7; Mt 10, 28; 1 Cor 5, 3; 7, 34).
Espiritualismo (Platón): enseñan que el cuerpo es carga y estorbo para el alma; es ni más ni menos que su prisión y sepultura. Tan sólo el alma constituye la naturaleza humana; el cuerpo no es sino una especie de sombra. Según la doctrina de la Iglesia, el cuerpo es parte esencialmente constitutiva de la naturaleza humana.
Materialismo: el hombre es sólo materia, sin alma espiritual. Cuando muere, desaparece totalmente, como el resto de los seres de la naturaleza (Contra esto: Mt 10, 39; 16, 25; Lc 16, 19 ss; 23, 43; Ioh 12, 25 ; Act 7, 59; 2 Cor 5, 6-8).

Relación entre el alma y el cuerpo
Unión accidental: El cuerpo y el alma se hallan vinculados por una unión meramente extrínseca o por sola unidad de acción, como un recipiente y su contenido o como un piloto y su nave (Platón, Descartes, Leibniz).
Unión sustancial: cuerpo y alma constituyen una unión intrínseca o unidad de naturaleza, de suerte que el alma espiritual es por sí misma y esencialmente la forma del cuerpo (Gen 2, 7; Gen 1, 26). «Por el alma tiene el cuerpo sensación y vida» (San Agustín).

Doctrinas sobre el origen del alma
Preexistencialismo (Platón): las almas preexistían antes de unirse con sus respectivos cuerpos, y luego, como castigo de algún delito moral, se vieron condenadas a morar en el cuerpo del hombre (contra esto: Rom 5, 12 ss; Rom 9, 11)
Emanatismo (gnósticos, maniqueos, panteístas): las almas se originan por emanación de la sustancia divina, y como parte de ella.
Generacionismo: los padres son causa del cuerpo y del alma (el alma no es creada por Dios).
Creacionismo: Cada alma es creada directamente por Dios de la nada, en el instante de su unión con el cuerpo. (Eccl 12, 7: «El espíritu retorna a Dios, que fue quien se lo dio).

Dones en el estado original
1)      Gracia santificante: comunión plena con Dios.
2)      Los dones de integridad:
El don de rectitud: consiste en el dominio perfecto de la razón sobre toda tendencia sensitiva o espiritual (Gen 2, 25). Los primeros padres podían evitar fácilmente el pecado gracias al don de integridad. 
El don de la inmortalidad corporal: es la posibilidad de no morir corporalmente, representada en el Árbol de la vida (Rom 5, 12).
El don de impasibilidad: es la inmunidad de sufrimientos. Se refiere al dolor y el sufrimiento como consecuencia del pecado.
El don de ciencia: el conocimiento infundido por Dios de muchas verdades naturales y sobrenaturales.

Los primeros padres no sólo recibieron para sí la gracia santificante y los dones de integridad, sino también para transmitirla a sus descendientes.  
Estados de la naturaleza humana
Estado de naturaleza elevada (o de justicia original): en él se encontraban los primeros padres antes de cometer el primer pecado.  Poseían la gracia santificante y los dones preternaturales de integridad.
Estado de naturaleza caída (o de pecado original): estado que siguió inmediatamente al pecado de Adán, en el cual el hombre, como castigo por el pecado, carece de la gracia santificante y de los dones de integridad.
Estado de naturaleza reparada: estado de restauración operado por la gracia redentora de Cristo; en este estado, el hombre posee la gracia santificante, más no los dones preternaturales de integridad.
Estado de naturaleza glorificada: es el estado de aquellos que han alcanzado ya la visión beatífica de Dios, que es el último fin sobrenatural del hombre. Comprende en sí la gracia santificante en toda su perfección. Después de la resurrección de la carne, abarcará también, con respecto al cuerpo, los dones preternaturales de integridad en toda su perfección (no poder pecar, ni morir, ni sufrir).

El hombre como varón y mujer - misión

El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad en cuanto personas humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca complementariedad en cuanto varón y mujer. Dios los ha querido el uno para el otro, para una comunión de personas. Juntos están también llamados a transmitir la vida humana, formando en el matrimonio «una sola carne» (Gn 2, 24), y a dominar la tierra como «administradores» de Dios.

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