EL HOMBRE (CEC 355 - 384) Sentido del hombre como imagen de Dios (sentido). El fin de la creación de hombre a la luz del Verbo encarnado. Unidad del género humano. Unidad del cuerpo y del alma. Origen y destino del alma. Relación entre el varón y la mujer. El hombre en su estado original. La caída. La caída de los ángeles. El primer pecado del hombre. El pecado original. Las consecuencias del pecado original. La concupiscencia.
El hombre es imagen y semejanza de Dios (Gen 1, 27).
Relación entre el alma y el cuerpo
ANTROPOLOGÍA
CRISTIANA
El hombre es imagen y semejanza de Dios (Gen 1, 27).
Sentidos de la definición:
·
Está
dotado de las facultades espirituales, la inteligencia y voluntad, por las
cuales puede conocer y amar libremente a su propio creador, y tiene poder sobre
la naturaleza para gobernarla.
·
Puede
formar comunidad de personas (sociedad, familia, grupos humanos), a imagen de
la Santísima Trinidad.
·
Es
inmortal e individual: “La vida sobre la tierra es un morar en país extraño”
(Gen 47, 9). «Dios creó al hombre para la inmortalidad y le hizo a imagen de su
propia naturaleza» (Sap 2, 23). «No teman a los que matan el cuerpo; no pueden
matar el alma» (Mt 10, 28). «Deseo morir para estar con Cristo» (Phil 1, 23).
Los dos constitutivos esenciales del
hombre (Gen 2, 7)
Dualidad sustancial: La persona humana es, al mismo tiempo, un ser corporal y
espiritual. En el hombre el espíritu y la materia forman una única naturaleza.
Esta unidad es tan profunda que, gracias al principio espiritual, que es el
alma, el cuerpo, que es material, se hace humano y viviente, y participa de la
dignidad de la imagen de Dios (Gen 2, 7; Eccl 12, 7; Mt 10, 28; 1 Cor 5, 3; 7,
34).
Espiritualismo (Platón): enseñan que el cuerpo es carga y estorbo para el alma; es
ni más ni menos que su prisión y sepultura. Tan sólo el alma constituye la
naturaleza humana; el cuerpo no es sino una especie de sombra. Según la
doctrina de la Iglesia, el cuerpo es parte esencialmente constitutiva de la
naturaleza humana.
Materialismo:
el hombre es sólo materia, sin alma espiritual. Cuando muere, desaparece
totalmente, como el resto de los seres de la naturaleza (Contra esto: Mt 10,
39; 16, 25; Lc 16, 19 ss; 23, 43; Ioh 12, 25 ; Act 7, 59; 2 Cor 5, 6-8).
Relación entre el alma y el cuerpo
Unión accidental: El cuerpo y el alma se hallan vinculados por una unión meramente
extrínseca o por sola unidad de acción, como un recipiente y su contenido o
como un piloto y su nave (Platón, Descartes, Leibniz).
Unión sustancial: cuerpo y alma constituyen una unión intrínseca o unidad de
naturaleza, de suerte que el alma espiritual es por sí misma y esencialmente la
forma del cuerpo (Gen 2, 7; Gen 1, 26). «Por el alma tiene el cuerpo sensación y vida» (San Agustín).
Doctrinas sobre el origen
del alma
Preexistencialismo (Platón): las almas preexistían antes de unirse con sus respectivos
cuerpos, y luego, como castigo de algún delito moral, se vieron condenadas a
morar en el cuerpo del hombre (contra esto: Rom 5, 12 ss; Rom 9, 11)
Emanatismo (gnósticos, maniqueos, panteístas): las almas se originan por emanación de la
sustancia divina, y como parte de ella.
Generacionismo:
los padres son causa del cuerpo y del alma (el alma no es creada por
Dios).
Creacionismo:
Cada alma es creada directamente por
Dios de la nada, en el
instante de su unión con el cuerpo. (Eccl 12, 7: «El espíritu retorna a Dios,
que fue quien se lo dio).
Dones en el estado original
1)
Gracia santificante: comunión plena con Dios.
2)
Los dones de
integridad:
El don de rectitud:
consiste en el dominio perfecto de la razón sobre toda tendencia sensitiva o
espiritual (Gen 2, 25). Los primeros padres podían evitar fácilmente el pecado
gracias al don de integridad.
El don de la inmortalidad corporal:
es la posibilidad de no morir corporalmente, representada en el Árbol de la
vida (Rom 5, 12).
El don de impasibilidad: es la inmunidad de
sufrimientos. Se refiere al dolor y el sufrimiento como consecuencia del pecado.
El don de ciencia: el conocimiento infundido por Dios de
muchas verdades naturales y sobrenaturales.
Los primeros padres no sólo recibieron para sí la gracia santificante y
los dones de integridad, sino también para transmitirla a sus descendientes.
Estados de la naturaleza
humana
Estado de naturaleza elevada (o de justicia original): en él se
encontraban los primeros padres antes de cometer el primer pecado. Poseían la gracia santificante y los dones
preternaturales de integridad.
Estado de naturaleza caída (o de pecado original): estado que siguió
inmediatamente al pecado de Adán, en el cual el hombre, como castigo por el
pecado, carece de la gracia santificante y de los dones de integridad.
Estado de naturaleza reparada: estado de restauración operado por la
gracia redentora de Cristo; en este estado, el hombre posee la gracia
santificante, más no los dones preternaturales de integridad.
Estado de naturaleza glorificada: es el estado de aquellos que han alcanzado
ya la visión beatífica de Dios,
que es el último fin sobrenatural del hombre. Comprende en sí la gracia
santificante en toda su perfección. Después de la resurrección de la carne,
abarcará también, con respecto al cuerpo, los dones preternaturales de
integridad en toda su perfección (no poder pecar, ni morir, ni sufrir).
El hombre como varón y mujer
- misión
El hombre y la mujer han sido creados por Dios con igual dignidad
en cuanto personas humanas y, al mismo tiempo, con una recíproca
complementariedad en cuanto varón y mujer. Dios los ha querido el uno para el
otro, para una comunión de personas. Juntos están también llamados a transmitir
la vida humana, formando en el matrimonio «una sola carne» (Gn 2, 24), y a dominar la tierra como
«administradores» de Dios.
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